miércoles, 27 de enero de 2010

Poemas del desconcierto

1.

Un silencio de arena
Esperanza largada
Hacia esta palabra

2.

El día se mira
Sobre el lomo del agua
Se diluye en sus reflejos

3.

El sauce junto a mi hija
Y la carretera estatal
Junto a la niebla

(De Poemas del desconcierto, 2005)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Segundo poema tonto de los recipientes

En un pequeño tazón de porcelana
ponga unas hojas de espinaca
media cucharadita de harina de trigo
jengibre en polvo y media copita
de vino artesanal de nuez
meta el tazón en el microondas
y quedará decorado ese rincón

(De Los recipientes, 2004)

Décimo poema tonto de los recipientes

Porque nada nos queda
excepto un disco de Elton John 
(Sleeping with the past)
una sopa instantánea que se enfría
los reyes, las torres y ese alfil
supongo que ha llegado la hora
de apagar la computadora
sacar el bote de basura
y largarnos a dormir

(De Los recipientes, 2004)

Sexto poema tonto de los recipientes

Dedicado al mar
y uno y dos y tres... y más

Antes, cuando no existía el mar
el silencio ocupaba su lugar
y en él se ponían a navegar
la soledad y su pleamar.

(De Los recipientes, 2004)

Primer poema tonto de los recipientes

Un lente de contacto
en la punta de tu dedo
una jícara de plástico
en las vías del metro
un posillo de peltre
con café contra el sueño

(De Los recipientes, 2004)

No tienes cara

Lo encaré, oh, sí,
por fin, aquel día,
nos habíamos citado
donde siempre.

No estaba nerviosa,
él tampoco. Pidió café.
Quiso culparme
de todo. Yo pedí agua.

No tienes cara
para decirme esto,
le dije y lo dejé.
Paga la cuenta.

Se quedó a leer
la letritas del sobre
sustituto de azúcar
sin parpadear.

(De Cuelgo y te alcanzo, 2002)

Gliptoteca de Marco

Marco Escauro
me llamó temprano esa mañana
ni siquiera tuve tiempo de vestime
«Mira, ¿no es hermosa?»
Era un trozo de roca
con rasguños e inscripciones.
Parecía un pequeño fragmento
de una gruesa muralla.

¿Es todo lo que pudiste conseguir?
Pregunté molesta, ¿y las personas?
¿No hubo acaso un solo sobreviviente?
«Oh, sí, un niño, me ayudó
a cargar la roca, murió por el esfuerzo.
Creo que a causa
de alguna lesión interna»
Eres un pendejo, dije y me fui.

[Una gliptoteca es un museo dedicado a la conservación de esculturas, fragmentos de roca de edificaciones históricas y piedras finas grabadas.]

(De Mi más preciada gliptoteca, 2009)